EDUCACIÓN Y SENSATEZ

La educación, al menos desde que el gran pedagogo Sócrates intentara alcanzar la sabiduría provocando partos entre sus discípulos y detractores, siempre se ha producido por la interacción entre los seres humanos, por el encuentro del sabio con el ignorante, del instruido con el inculto, del versado con el iletrado, o, en resumen, del maestro con el alumno.

domingo, 19 de junio de 2016

"Me hacen perder la alegría de aprender"




Me ha gustado la carta que ha publicado este joven estudiante en el periódico. La intentaré analizar y explicaré las razones por las que me he alegrado al leerla:

1. El joven estudiante se lamenta de que en varias asignaturas le hagan copiar y repetir como un robot, pues se aburre. Le comprendo, eso nos ocurre a todos. Pero no se queja de que la materia sea poco interesante. Creo que el problema es que a los profesores de esas asignaturas no les gusta ni les interesa la materia que imparten. Para arreglar el problema, los defensores de las “nuevas pedagogías” echarían la culpa a la “escuela tradicional” y propondrían a sus profesores probar con las “flipped classroom” o el trabajo cooperativo… Eso no solucionaría ningún problema por una sencilla razón: si el profesor cambia el método pero sigue sin tener interés por la materia que imparte, ese método por sí mismo no despertará nunca ningún interés o entusiasmo por el conocimiento, por muy activo que diga ser: sólo puede lograrlo el profesor o la materia, que por sí misma puede resultar interesante.

2. Por otro lado, me encantaría saber de qué asignaturas se trata. Pues me gustaría decirle a quien escribe la carta: creo que también es bueno que algunas materias se aprendan de forma un tanto mecánica. Incluso aunque alguna materia no despierte nuestro interés, creamos que nunca nos servirá, o no sepamos descubrir su finalidad, esforzarse siempre nos ayuda a crecer como personas. El problema sería que todas fuesen iguales... Tampoco es malo aburrirse en alguna que otra asignatura: eso ayuda a descubrir que no seremos “superfelices” en todos los trabajos o tareas que hagamos o tengamos a lo largo de nuestra vida. 

3. De todos modos, y por muy mecánica que pueda ser una asignatura, estoy de acuerdo con el autor de la carta: el profesor jamás puede permitir que los alumnos que quieren aprender pierdan el interés. Digo “los alumnos que quieren aprender”, puesto que no todos quieren ni tienen la disposición de aprender. Algunos, por más malabarismos que haga el profesor, nunca se interesarán por la materia. Y me gustaría aclarar que “captar el interés del alumno por la materia”, o “despertar ese interés” es algo más profundo que meramente “motivar al alumno” o poner en marcha ciertas “emociones positivas” hacia lo que se enseña…

4. “Somos víctimas de la excusa”. No puede tener más razón. Al autor de la carta le gustaría que “la escuela demostrara que se implica en nuestro aprendizaje”. A muchos adultos no les importa vuestro aprendizaje. Además, por ejemplo, muchos colegios concertados se entregan a los intereses económicos y dedican más esfuerzos al marketing que a la enseñanza, y eso hace mucho daño a la educación. No os ocurre sólo a los alumnos: también he visto a demasiados buenos profesores perder el entusiasmo y el interés por la enseñanza por culpa de directivos mediocres a quienes sólo les interesan las ratios, cuadrar cuentas, y ganar clientes, cueste lo que cueste.

5. Pero lo que realmente me ha encantado es la conclusión del autor. No pide que cambien los métodos, ni pide ipads o móviles, ni ser feliz en el aula, ni que se respeten sus emociones o sentimientos, tampoco que todo lo que haga sea “superdivertido”… No, lo que pide es más sencillo y más profundo: personas competentes que despierten y aviven su interés por el conocimiento, que le ayuden a saciar su sed por aprender. Y eso no hace más que reafirmar lo que siempre he pensado: que el factor más importante en la educación (diría que el único importante) es la persona.

El autor de la carta es un alumno con una cualidad que haría feliz a cualquier profesor: es alguien dispuesto a aprender. Estimado estudiante: aunque todas las personas que te rodean “tiren la toalla” o se muevan tan sólo por intereses mezquinos, no pierdas el don más preciado que muestras en la carta, algo tan esencial como el deseo por aprender y por tener buenos maestros.

3 comentarios:

  1. A nosotros también nos ha gustado mucho leer esta carta. Los docentes necesitamos cambiar algunas metodologías y aprovechar los recursos del entorno para inspirarnos e inspirarles a ellos. Por eso hems creado en Cataluña el portal activitum.cat y en otoño abriremos activitum.es una iniciativa sin ánimo de lucro impulsada por profesionales de la educación para crear un puente que una el centro educativo con el entorno :)

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    1. Todos necesitamos reinventarnos y probar nuevas formas de hacer las cosas (metodologías) cuando las que tenemos no nos funcionan. Así que me alegro por la iniciativa, ya que puede ayudar a muchos profesores a recuperar el entusiasmo y el interés por su profesión.
      Sin embargo, lo que defiendo una y otra vez en este blog es que en el ámbito de la educación sólo hay dos cosas importantes: quien aprende y quien enseña(las personas). Todo lo demás son medios, incluidas las metodologías. Y centrarse en los medios para resolver los problemas, conlleva con frecuencia olvidar o marginar los fines propios.

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    2. Tienes toda la razón. Nosotros somos profes :) Enhorabuena por tu blog.

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